Reforma al SEIA de objetivo único

Señor director:
Su editorial del sábado destacaba la suma de US$ 100 mil millones en inversiones que aguardan un permiso ambiental. Pocos días antes, el CEP dio a conocer un estudio que estima en 7 puntos del PIB el costo para el país de la permisología en términos de sub-inversión.

En este contexto, muchos han criticado, y con razón, la no priorización por parte del gobierno del proyecto de ley que reforma el disfuncional SEIA. Sin embargo, siendo esa propuesta una de dudosa eficacia para reactivar la inversión, se abre una oportunidad para reemplazarla por otra quirúrgica de objetivo único: una que genere condiciones para que los inversionistas anticipen las decisiones de inversión, sin sacrificar estándares ambientales.

El contenido de la editorial coincide con una propuesta de Pivotes. Abrir una nueva opción de ingreso temprano al SEIA para que, a partir de información básica del proyecto conforme a su ingeniería de perfil, se resuelvan en un plazo acotado aspectos sustantivos como: el cumplimiento de normas existentes, su compatibilidad territorial, la delimitación de áreas de influencia, el alcance de la línea base y, sobre todo, la identificación a priori de los principales impactos a evaluar. En función de esos impactos se determina la selección de los organismos públicos que tengan pertinencia para participar en la evaluación técnica posterior, así como la definición del ámbito de sus observaciones. Definidas estas materias –que no requieren una ingeniería de detalle del proyecto– a través de la emisión de una resolución vinculante, se puede proceder a una segunda etapa, eminentemente técnica, que determine la completitud y suficiencia de las medidas de compensación, mitigación y reparación propuestas por el titular.

Gobierno, parlamentarios y candidatos tienen la oportunidad de demostrar su real convicción de reactivar la inversión. En particular, esta propuesta podría ser parte de la ley corta pro inversión anunciada por el ministro Marcel.

Juan Francisco Galli y José Antonio Valenzuela, Pivotes