La Tercera
Tres problemas de diseño
en el Seguro Social de la reforma previsional
El centro de políticas públicas plantea que el fondo que crea el Seguro Social «acumula recursos indefinidamente». Además, plantea que «genera una injusticia intergeneracional» y señala que «su financiamiento es regresivo». Además, hace dos propuestas.
El principal nudo que hay entre la oposición y el gobierno para conseguir un acuerdo en la reforma previsional, radica precisamente en la distribución del 6% de cotización extra que plantea el proyecto, donde el Ejecutivo propone que 3% se destine a cuentas individuales, y otro 3% vaya a un Seguro Social para hacer solidaridad intra e intergeneracional.
Sobre esto último Pivotes -centro de políticas públicas fundado por el expresidente de la Sofofa, Bernardo Larraín Matte- realizó un estudio donde plantea tres «problemas de diseño en el Seguro Social». Y luego hace dos propuestas.
El primer problema, según señala Pivotes, es que se «crea un fondo estatal llamado Fondo Integrado de Pensiones (FIP) que acumula recursos indefinidamente». Al respecto, explica que «el ingreso del FIP es permanente (las cotizaciones del 3% de los sueldos formales) pero su gasto es transitorio (la garantía de las 0,1 UF por año cotizado disminuye hacia las futuras generaciones de jubilados)».
El documento añade que «esto provoca que se acumule un fondo estatal equivalente al 17% del PIB en el largo plazo. El Seguro Social no especifica el destino de estos recursos, con el riesgo de que se usen para fines distintos a los previsionales».
Contenido relacionado: Diagnóstico en pensiones y propuesta de reforma
El «segundo problema del Seguro Social», es que «genera una injusticia intergeneracional», asegura el documento. Lo anterior, argumenta, porque «el Seguro Social transfiere cotizaciones de los sueldos formales desde las generaciones jóvenes hacia las generaciones de mayor edad». Añade que aquí, «el gran problema», es que «quienes transfieren cotizaciones (generaciones jóvenes) se pensionarán con peores tasas de reemplazo respecto a quienes las reciben (generaciones de mayor edad)».
Como «tercer problema del Seguro Social», Pivotes menciona que «su financiamiento es regresivo». Allí explica que «la propuesta exige a todos los trabajadores entregar un 3% de su sueldo imponible, y este sueldo imponible tiene un tope de 126,6 UF». De esta forma, agrega que «todos los trabajadores que reciben un salario superior a las 126,6 UF aportarán un porcentaje menor de sus rentas al fondo común».
A raíz de lo anterior, Pivotes afirma: «Necesitamos mejorar las actuales y futuras pensiones, evitando un fondo estatal que se financie de forma regresiva y acumule recursos indefinidamente». En ese sentido, plantean dos propuestas. Primero, «aumentar la tasa de cotización dirigida a las cuentas individuales de los trabajadores». Al respecto, detallaron que ello «asegura que este ahorro se destine íntegramente a financiar mejores pensiones, y no se acumule en un fondo estatal para fines distintos a los previsionales».
Asimismo, agregaron que esa propuesta «aumenta los futuras pensiones y mayor equidad intergeneracional en las tasas de reemplazo», y «mejora el ahorro e inversión del país, creando de empleos formales en el mediano plazo».
Contenido relacionado – Crisis 4: Empleo
En segundo lugar, Pivotes habla de «ayudar a los actuales pensionados mediante un gasto fiscal focalizado y transitorio». En esa línea, dice que «la ayuda debe focalizarse en el grupo de pensionados más desprotegidos con el sistema actual: mujeres con más de 20 años cotizados». Por eso propone «un premio de 0,1 UF por año cotizado para este grupo de pensionadas. Es un gasto estatal equivalente a 0,12 puntos del PIB». Explica que «sería transitorio», la idea es que «a este premio se le reste la pensión que las nuevas generaciones de jubiladas logren autofinanciarse a partir de la cotización extra que va a sus cuentas individuales».