LA SEGUNDA

¿Cómo perciben al ministro de Hacienda?

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Marcel, tras revés del Imacec: empresarios lo ven solo; oficialismo confía en su muñeca para reformas

Tras las magras cifras de crecimiento, ciertas voces cuestionan el liderazgo del economista. Sin embargo, en su sector valoran su seriedad y no dudan de su capacidad de gestión.

‘Las cifras mensuales de cualquier indicador hay que tomárselas con un poquito de calma, no condicionar las expectativas futuras al último dato’. El consejo (ver recuadro) provino esta mañana del ministro Mario Marcel, quien en Radio T13 enfrentó la ‘cifra inesperadamente negativa’, como él mismo describió ayer el Imacec de -1% en diciembre, que hizo cerrar el crecimiento 2023 en -0,2%, y no en el simbólico 0%, que previamente esperaba el gobierno.

Con este sorpresivo revés, Marcel cierra 2023 y los ojos de los líderes empresariales, políticos y analistas se posan en lo horquillado que se encuentra el ministro de Hacienda para hacer frente a una agenda múltiple: recuperar la economía, impulsar agendas clave como la de pacto fiscal y pensiones, y satisfacer la demanda del frenteamplismo de encontrar una solución al financiamiento universitario (incluyendo, por supuesto, el CAE).

¿Lo daña el -0,2%?

Aunque es el jefe de las finanzas públicas, siempre se ha mirado al cargo de ministro de Hacienda como responsable del crecimiento del país. Y en este punto, una caída el año pasado y un desempleo que no para de subir –cerró en 8,5% en el trimestre octubre diciembre, 0,6 puntos más que 12 meses anteriores– ponen justamente los ojos en su cargo.

Desde el oficialismo, entienden que las miradas se posen en Marcel, pero enfatizan en darle contexto a estos números. El diputado miembro de la comisión de Hacienda de la Cámara, Jaime Sáez (RD), tiene claro que ‘al tratarse de Hacienda, si hay un número que no se coteja con lo que se pronostica, hay cuestionamiento público, pero eso es relativo al contexto mundial que no podemos cambiar. Hay crisis inflacionarias que no han podido revertirse al contrario de Chile, y débiles cifras de crecimiento global’, enfatizando que el trabajo ha sido ‘ordenar las cuentas y ordenar el nivel de gastos en un país que quedó muy desajustado post pandemia’.

De hecho, la senadora del FVRS, Alejandra Sepúlveda, considera que ‘un indicador negativo en el contexto en que nos encontrábamos no es lo más importante sino cómo retomamos una estabilidad productiva (…). Debemos retomar con más fuerza la agenda de reactivación económica, mejorando los procedimientos al interior del Estado, buscar diálogos, sin dejar de lado ni olvidar las demandas sociales’.

Incluso la presidenta de Chile 21, Alejandra Krauss enfatiza que ‘la figura del ministro Marcel siempre se analiza en su largo periodo de servicio público y, particularmente, la seriedad que él ha demostrado en el ejercicio de sus distintos cargos. Las cifras que hay que mirar con mayor detención al inicio de 2024, a mi juicio, no afectan en nada la figura ni el rol del ministro Marcel’.

Pero desde otros mundos esperarían más del ministro. El director del think tank Horizontal (de Evópoli), Juan José Obach, dice que la mala noticia del crecimiento se da en un contexto donde el Gobierno ‘se ve más reactivo respecto a una agenda de políticas económicas, más que proactivo. Que reacciona con medidas, más que impulsarlas por convicción. Cuando uno ve que el mundo en 2023 creció al 3% y Chile retrocedió -0,2% es porque no estamos haciendo las cosas bien’.

Sobre los pronósticos que no ha acertado Marcel, el presidente de Pivotes, Bernardo Larraín Matte, le resta dramatismo y endosa cierta responsabilidad al Presidente Boric: ‘Sobre las proyecciones hay sólo una certeza: rara vez se aciertan. Lo que sí daña el liderazgo no del ministro, sino que más bien del Presidente es la poca voluntad para emprender, aunque sean los primeros pasos de esas dos reformas fundamentales: en la estructura del Estado y en el sistema político. Así como para alinear a todo su gobierno y coalición en torno a reformas de permisos sectoriales y mediombientales que tengan entre ceja y ceja activar un nuevo ciclo virtuoso de inversión’.

Lo perciben solo

Desde la vereda empresarial, el presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura y exministro del área en el segundo Gobierno de Sebastián Piñera, Antonio Walker, destaca: ‘Marcel no me cabe duda que está haciendo todo el empeño posible para sacar adelante la economía’, pero también hay quienes –en el off- dicen estar confundidos con el respaldo que, a veces, da a políticas públicas que no van en línea con la seriedad técnica que se le atribuye (impulsar impuestos en este momento o ciertos aspectos de la reforma previsional son mencionados como ejemplos)’.

‘El problema de Marcel no es la oposición, es el FA y el PC. Esté en un punto de inflexión: tiene que tomar una decisión urgente entre el mundo concertacionista y el FA/PC y es urgente que la tome. Y sabe que la Concertación fue muy exitosa, porque fue parte y no puede renegar de eso. Marcel sabe lo que tiene que hacer, el tema es que lo dejen hacer lo que él quiere. El problema es 100% político, es la ideología que rodea a Marcel. Al revés, creo que hay que cuidar a Marcel’, agrega Walker.

Mientras que el presidente de la Sonami, Jorge Riesco, también percibe que ‘él tiene peso específico. ¿Quién más va a tener esa voz dentro del gobierno, a quien más pueden poner que no sea él con el peso y el bagaje que tiene? El día que Marcel salga del gobierno se acabó la capacidad para dirigir. El gobierno está siempre tratando de negociar algo a cambio de otra cosa, la agenda procrecimiento a cambio de subir un impuesto. Eso es lo que a él lo tiene entrampado’.

Efectivamente, lo que preocupa a ambos líderes es percibir cierta soledad de Marcel. Walker enfatiza que su capacidad de juego ‘depende de la confianza que le dé el Presidente. Él le fija la línea a los ministros, no al revés’, enfatizando que ‘un ministro de Hacienda solo no hace nada’.

Y Riesco complementa: ‘Él necesita tener socios en el gobierno, pero no los tiene. No puede hacerlo todo’.

En marzo el contexto que enfrentará Marcel no es fácil. La economía quizás muestre aún incertezas –los economistas, tras el número de diciembre, empezaron a proyectar este 2024 con un sesgo a la baja-, y a meses de que el mundo político entre en plena lógica electoral, con las municipales y las elecciones de gobernadores en octubre. Y será ahí cuando entre en tierra derecha la negociación del pacto fiscal, incluidos los aumentos de impuestos, y la reforma previsional.

Hay un punto de partida al momento de analizar el papel de Marcel y las reformas: su carácter. Este aspecto de soft power lo releva Krauss: ‘En un país en que la discusión política se ha ido polarizando, yo agradezco que figuras que están muy alejadas del populismo, de la farándula política, le transmitan grados de confianza a la ciudadanía, a los trabajadores y empleadores’.

Para el analista político y académico de la U. Mayor, Germán Silva, ‘el liderazgo de Marcel tendrá su prueba de fuego con el proyecto de pacto fiscal, que por ahora se ve muy difícil de lograr para el Gobierno. El éxito o fracaso de esa iniciativa marcará el liderazgo del ministro de Hacienda y por su propuesta, su destino político’.

Pero en el mundo empresarial son más escépticos de llegar a puerto en materia de reformas, apuntando a la soledad de Marcel: ‘no lo veo teniendo un éxito resonante en ninguna reforma, porque no depende de él’, dice Riesco; ‘el problema es la falta de foco, de una línea del gobierno, y si no la hay, cómo logra un acuerdo en torno a un pacto fiscal’, agrega Walker.

Desde sus propias filas destacan la capacidad dialogante del ministro y resultados del pasado reciente que muestran que es capaz de desatar nudos complejos. La senadora Sepúlveda, por ejemplo, recuerda que ‘ha liderado procesos que han sido muy decidores como el royalty’, por lo que en temas como la reforma previsional –ahora en el Senado- ‘necesitamos avanzar y al mismo tiempo sabemos que tenemos que entregar cosas para mantener la columna vertebral de los cambios que se necesitan: somos un gobierno de minoría en ambas cámaras y debemos saber lidiar’.

Hasta ciertas posiciones maximalistas de sus propias filas se han moderado así como el alcance de algunas demandas, reconoce el diputado Sáez al analizar el CAE: ‘Nosotros en el FA hemos ido evolucionado políticamente, porque al principio se trataba de la condonación del CAE, y después no solo se trata de condonación, sino del financiamiento de la educación superior, discusión más estructural en que el componente de la deuda educativa es relevante, pero no el meollo del asunto’.

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