Fundación Piensa y Pivotes
Los efectos de la permisología
para la Región de Valparaíso
• La Región de Valparaíso enfrenta una tensión creciente entre su desarrollo económico y la rigidez del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA), donde los proyectos enfrentan demoras prolongadas, múltiples observaciones y una alta carga administrativa.
• El análisis de cinco iniciativas estratégicas —portuarias, ferroviarias, habitacionales y mineras— muestra un promedio de más de 18 organismos intervinientes y 4 rondas de observaciones, generando suspensiones que han extendido los procesos por más de 900 días adicionales. A ello se suman los mecanismos de impugnación, que pueden demorar años adicionales, lo que genera incertidumbre jurídica y desincentiva la inversión en proyectos clave para la región.
• Los anteriores no son hechos aislados o que apliquen únicamente respecto de estas iniciativas. Son dinámicas generalizadas en los procesos de evaluación ambiental de grandes proyectos de inversión. Estas se explican por un proceso con problemas de diseño, que genera incentivos para ponderaciones inadecuadas de riesgos, formulación de requerimientos excesivos a los titulares, y que transfiere un poder excesivo a quienes buscan obstaculizar su aprobación. Cualquier esfuerzo por resolver estos problemas pasa entonces por un rediseño del proceso, que genere incentivos y dinámicas virtuosas que compatibilicen la protección ambiental y las certezas a los titulares.
• Es por esto que Pivotes propone avanzar hacia un sistema de evaluación ambiental en dos etapas, incorporando una primera fase temprana en la que se definan impactos, actores y criterios de evaluación. Este nuevo modelo busca reducir observaciones, acotar la participación de organismos, fortalecer la rectoría técnica del SEA y promover un diálogo anticipado con comunidades, logrando evaluaciones más predecibles, eficientes y justas para todos los actores involucrados.