Presentación del caso a optimizar

Las microempresas familiares gozan de un régimen simplificado para su operación, lo que incluye un mecanismo más expedito para la obtención de patentes comerciales. El Decreto 2385 de 1996 del Ministerio del Interior las define como aquellas que se ejercen en la casa habitación familiar, que no laboran más de cinco trabajadores extraños a la familia y cuyos activos productivos no excedan las 1.000 UF. Establece además como restricción que no puede desarrollar actividades peligrosas, contaminantes o molestas.

Es perfectamente razonable adecuar el grado de exigencias al tamaño de la actividad, y es eso lo que cubre el límite de trabajadores, de activos y de tipo de actividades. Sin embargo ¿Qué es lo que se gana desde el punto de vista regulatorio al impedir que la misma actividad pueda realizarse en otro inmueble? Por ejemplo, a un vecino “nido vacío” podrían sobrarle habitaciones, el tío dos cuadras más allá podría prestar un espacio en su bodega, o incluso el negocio podría, aun siendo muy pequeño, permitir pagar un pequeño arriendo. No parece haber buenas razones para impedir la calificación de microempresa familiar solo porque el dueño no duerme en el mismo lugar donde opera.