Presentación del caso a optimizar

Las patentes comerciales requieren el cumplimiento de una serie de requisitos. Aunque varían de comuna en comuna, son universales los siguientes:

– Escritura de constitución de sociedad, protocolización del extracto y publicación en Diario Oficial, si la solicitud corresponde a una persona jurídica.
– Inicio de actividades ante el Servicio de Impuestos Internos (SII), que lo autoriza a iniciar cualquier emprendimiento comercial, si es que pide patente por primera vez.
– Documento que acredite el título por el que se ocupa el local: contrato de arriendo, certificado de dominio, etc.
– Si la solicitud corresponde a una sucursal o cambio de domicilio, presente el documento emitido por el SII que así lo acredite.
– Si la solicitud corresponde a una sucursal, deberá presentar el certificado de distribución de capital propio emitido por la municipalidad donde opera la casa matriz.
– Si es un cambio de domicilio desde otra comuna, hay que presentar también el balance del último año, la determinación del capital propio y de los trabajadores que laboren en el establecimiento comercial.
– Informe de factibilidad, permiso de edificación y recepción final del inmueble donde se desarrollará el negocio, otorgados por la Dirección de Obras de la Municipalidad.

Es este último requisito el que a menudo supone una dificultad de envergadura para microemprendedores.

La Ley 3.063 establece un proceso exprés para la entrega de patentes provisorias, que pueden extenderse hasta por dos años y prorrogable por un año adicional. Este camino ha sido extremadamente útil para echar a andar un negocio, aquellos momentos iniciales que suelen comprender la fase más compleja en la ruta del microemprendedor. Se propone ampliar en base a dos argumentos fundamentales.

El primero es que, de acuerdo con estadísticas compiladas por el Banco Central, en torno al 75% (la cifra exacta depende del año de referencia) de las microempresas con ventas de hasta 200 UF no sobreviven al quinto año, del orden de dos tercios de las microempresas con ventas de hasta 600 UF no sobrevive y algo así como el 55% de las microempresas con ventas de hasta 2.400 UF no llega al quinto aniversario. Por lo tanto, la patente definitiva implica un esfuerzo por parte tanto del contribuyente como de las municipalidades (que deben verificar el cumplimiento de los requisitos y realizar visitas a terreno) que en la mayoría de los casos terminó siendo innecesario porque la empresa no sobrevivió. Extender la patente provisoria sería ante todo acoplarse a la trayectoria constatada del microemprendimiento, en que los primeros cuatro años es en el grueso una fase exploratoria que la mayoría no supera, y de esa manera colaborar mediante reducción de carga burocrática para que en efecto puedan graduarse de esa fase.

El segundo argumento es que las patentes provisorias ya han sido extendidas con efectos temporales y los resultados fueron satisfactorios. Con motivo de la pandemia de COVID en 2021 la Ley 21.353 las extendió hasta un año contado desde el día siguiente al término de la alerta sanitaria. Indicio de que a juicio del Ministerio de Hacienda esta medida no trajo grandes inconvenientes es que en julio de 2025 los plazos volvieron a extenderse en virtud de la Ley 21.755.